17 de Noviembre 2015
SON INCREMENTOS QUE ESTÁN EN LA GATERA Y QUE COMENZARÁN A APLICARSE TRAS LAS ELECCIONES.
El más inmediato será el de las naftas, retrasado desde agosto cuando se aplicó la séptima suba consecutiva, de 2,5 por ciento promedio, el ajuste más importante en un año en el que el sector lleva casi 10 por ciento de aumento de sus precios.
En agosto la decisión del Gobierno de cara a las elecciones fue dilatar una nueva suba buscando contener la inflación y generando algún guiño a los votantes. Sin embargo, pasado los tiempos electorales, se espera que en las próximas semanas se anuncie la suba más alta del año. En la industria justifican los aumentos como una forma de acompañar el alza de sus costos que están dolarizados aunque sus ingresos estén nominados en pesos.
Por otra parte, la telefonía celular arrancará el 2016 con una suba de 10 por ciento en las tarifas. Las nuevos precios entrarán en vigencia entre enero y febrero y marcarán el primer retoque tarifario de ese año pero no será el único. Los cigarrillos –que subieron 36 por ciento en 2015– también incrementarán sus valores.
Además quienes tienen empleada doméstica, desde diciembre deberán pagar el 7 por ciento adicional que resta para cumplir con el incremento de 28 por ciento negociado en la paritaria cerrada en agosto. En diciembre, el sueldo por jornada de 8 horas sube a 5.065 pesos a 5.358.
En alimentos, el acopio de trigo que están realizando los productores especulando con que el próximo Gobierno realice una inmediata quita de las retenciones, genera subas de más del 10 por ciento en pan, pastas y galletitas. Quienes trabajan en la producción aseguran que los costos subieron 80 por ciento, y que la brecha entre costos, y precio de venta está al borde de la subsistencia del negocio. El mismo argumento con el que explicaron off de record los ejecutivos de los laboratorios que subieron algunos medicamentos más de 9 por ciento en la última semana cuando la suba autorizada por el Gobierno había sido de 3 por ciento.
En el mercado de los autos, la falta de unidades tanto nuevas como usadas también genera una distorsión en los valores. Hay que tener en cuenta que en lo que va del año los precios de los cero kilómetro crecieron 34 por ciento y en el caso de los modelos más baratos las subas alcanzaron el 45 por ciento.
Otro tema es lo que sucedió con los productos importados o los que compiten en mercados con oferta importada. Por el cepo a las importaciones que provoca menos oferta en los últimos 24 meses, aumentaron los precios un 200 por ciento.
Así las cosas, los consumidores buscan, como sea, ganarle a la inflación que se estima cerrará en 25 por ciento en 2015. Compran con el plan Ahora 12, y comienzan a sentir “el ajuste del cinturón” de su poder adquisitivo. Una de las razones es que, por efecto inflación, quedaron licuadas las cuotas por paritarias y comienzan a “sentir” los compromisos en cuotas que asumieron con sus tarjetas. A lo que se suma los aumentos de cada día. Una novela con “tela para rato” si se tiene en cuenta que las estimaciones privadas ya hablan de una inflación de 34 por ciento para el 2016.
Fuente: www.apertura.com/economia